El estereotipo de la huelga

Quiero empezar esta entrada contando una anécdota que me ocurrió en clase sobre la huelga de educación del pasado jueves 9 de mayo, la cual pone de manifiesto una concepción de las huelgas que desgraciadamente tiene un amplio sector de la sociedad.

Los días previos a la manifestación, en una clase de mi universidad la profesora comentó que el jueves habría huelga y que si alguno de los alumnos venía ella tendría que dar la clase, por el contrario, si ella no venía le iban a quitar mucho dinero, ante esta tesitura resolvió que lo mejor que podía hacer era no pasar lista el jueves, con lo cual nadie vendría, ella firmaba que asistía a su puesto de trabajo, ganaba el sueldo de ese día y no daba clase.

Para justificar esta decisión usó los siguientes argumentos:

 «Es que un día de huelga no sirve para nada, tendrían que ser muchos más» y el ya mencionado antes «es que me quitan mucho dinero»

Estos son los típicos argumentos que esgrimen los que prefieren ejercer el derecho a trabajar en lugar de a la huelga (curioso que la gente solo se acuerda del derecho a trabajar cuando hay convocada una huelga y no el resto del año con unos niveles de paro insostenibles).

Realmente mi objetivo con esta entrada es desmontar estos argumentos pero quiero reiterar que en primer lugar soy consciente del esfuerzo salarial que supone una huelga, ya que no solo no se cobra ese día sino que te detraen de la paga extra la parte proporcional a ese día que no has asistido y probablemente habrá alguna penalización más en algún complemento salarial, como productividad, etc.. pero no lo sé a ciencia cierta.

Aun así es evidente que estas justificaciones están cargadas de una gran hipocresía.
¿Alguien puede creer realmente que si no has sido capaz de ir un día a la huelga vas a ir, por ejemplo, una semana? Podríamos otorgar el beneficio de la duda pero entramos rápidamente en una contrariedad con el segundo argumento, que es el de la rebaja salarial, ¿un día es mucho dinero pero una semana no tanto?

Ante esta fácil argumentación quiero compartir una frase que ha cambiado mi forma de actuar en la vida:

¡Qué pena que pudiendo hacer poco, no hagas nada! Porque el mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión.

Si no has sido capaz de aportar tu grano de arena empezando por ti mismo no puedes decir que un día no sirve para nada y que tendrían que ser más.

Entiendo que no todo el mundo puede hacer huelga por las circunstancias que sean y respeto el derecho a trabajar de cada uno pero si puedo entender, lo comparta o no, algunas situaciones que se producen con los piquetes y los conflictos con la gente que ejerce su derecho a trabajar y me gustaría explicar las posiciones que a veces se puede dar de coacción hacia la gente que no secunda la huelga.

La teoría que subyace en este conflicto se puede explicar de forma muy sencilla con este ejemplo:
Supongamos que se produce una huelga por una bajada de salarios del 10% a los profesores. A esta huelga acuden el 70% de los maestros y maestras y el otro 30% simplemente no ha querido ejercer el derecho a la huelga por los motivos que sean (no creen en las huelgas, perdida del salario por día trabajado, etc…)
A raíz de esta huelga se consigue presionar y al final el recorte del salario es del 5% en lugar del 10%. A nadie se le escapa que el 100% de este sector de educación va a preferir el recorte del 5% que del 10%, en cambio, nos encontramos que se van a beneficiar de esta «ventaja», por así decirlo, gente que no ha sido capaz de hacer un esfuerzo para luchar por una causa común y solidarizarse con el resto.
Utilizando un principio elemental de justicia y de coherencia esta gente que no ha participado en la protesta tampoco debería participar en los beneficios, en cambio, es así. Lo cual explica el conflicto que se produce entre trabajadores que ejercen la huelga VS trabajadores que no la ejercen.

Es evidente que realizar una huelga tiene un costo pero que si se secunda de forma unanime ese costo se recupera casi de forma inmediata, por tanto, podríamos hablar del coste económico, derechos laborales y perdidas de empleos que conllevan el no realizarla, que sería mucho más amplio.

Añadir también que cada vez más existe este sentimiento de individualismo y falta de sentimiento de grupo favorecido entre otras cosas por el neoliberalismo, que hace pensar al individuo que está solo y que, por tanto, debe competir con el resto de personas en lugar de asociarse y formar una fuerza que haga equilibrar las relaciones opuestas entre trabajador y empresario.

Para terminar, decir que sé que este artículo puede parecer muy condescendiente pero se trata de eso, mostrar el otro lado para así hacer ver que ni todo es blanco ni todo es negro.

Algunas conquistas conseguidas en huelgas generales en este video:

5 comentarios en “El estereotipo de la huelga

  1. Totalmente de acuerdo. Sin embargo, la verdadera razón de esa apatía/insolidaridad en las reivindicaciones laborales por parte de los individuos creo que se basa en que el movimiento obrero ha desaparecido. El movimiento obrero se compone de dos brazos: a) Un partido político de clase obrera, que represente a la masa y sirva como contrapeso a los intereses empresariales y financieros de otros partidos y b) Un movimiento sindical fuerte que «pelee» en las calles y en las empresas (huelgas p.e.) lo que no han podido conseguir en el Parlamento.

    Ambas han desaparecido en España a partir de los años 80. El PSOE en Suresnes, dejó de ser un partido de clase obrera para convertirse en un capitalismo disfrazado de suave socialdemocracia (provocando una división electoralmente muy dolorosa para la izquierda española) y por otro lado los Sindicatos principales han perdido cualquier legitimidad para llamarse representantes del trabajador. Su papel en las cajas de ahorro, su falta de transparencia y corruptelas así como haberle hecho el juego al poder capitalista, sobre todo al PSOE, han hecho que CCOO y UGT no sean canalizadores de ninguna reivindicación popular en las calles.

    A falta de un partido de clase obrera auténtico (el PSOE no sólo no lo es, sino que han engañado a muchos pensando que sí lo son) y de un sindicato de trabajadores fuerte que organice y ayude verdaderamente a sus miembros, las reivindicaciones populares están carentes de liderazgo. Antes los líderes políticos y sindicales eran verdaderos teóricos y estrategas que pensaban la mejor manera de hacer más eficaz sus reivindicaciones. Ahora, por lo que ya he dicho, el poder de la clase trabajadora está carente de liderazgo y disciplina, siendo sustituida ésta por diferentes «Mareas» o movimientos asamblearios horizontales que me recuerdan a los soldados republicanos de la Guerra Civil, que por la mañana iban a disparar contra posiciones franquistas en el campo y a la noche volvían a sus casas a cenar y a dormir con sus familias dejando vacío el frente.

    El hecho de que gente sin preparación exhaustiva sobre Derecho y Ciencia Política sean los líderes de movimientos de protesta provoca que los objetivos que se proponen jamás sean alcanzados, por falta de eficacia y de un buen planteamiento de acción. Además, tal y como dices en tu artículo, las incoherencias en su discurso se advierten a los 5 minutos. (La PAH con Ada Colau a la cabeza es una alegre excepción).

    Y esto no es una crítica hacia el trabajador en cuanto analfabeto político, ni mucho menos. El trabajador es especialista en su área laboral o técnica, no tiene que serlo en el Derecho. Es la ausencia de un líder sindical o político que les instruya debidamente y les coordine para conseguir unos objetivos a largo plazo lo que provoca esta nueva tendencia de movimientos de protesta sin liderazgo ni coordinación entre ellos.

    Por poner un ejemplo muy gráfico. A Lenin le das un mapa de España con las unidades/colectivos «15-M», «Mineros de Asturias», «Marea Educación/Sanidad/Servicios Públicos…», «Controladores aéreos», «Inmigrantes desprotegidos» y «Estafados por las preferentes/Bankia» y los coordinaría todos de tal manera que Rajoy estaría sin salir de la Moncloa en 2 años.

    No quiero decir que esté de acuerdo en que las protestas se hagan con los mismos sistemas de un ejército profesional (como decía Lenin al hablar de su «nuevo tipo de partido») sino simplemente centrarme en el hecho de que dependiendo del tipo de líder (y sobre todo en la ausencia del mismo) un movimiento de protesta puede conseguir mucho o muy poco.

    Es decir, si esa profesora de tu ejemplo no va a la huelga es porque no tiene a su lado (o no confía en él) ni a un sindicalista, ni a un político de la clase trabajadora de suficiente confianza moral y argumentativa como para hacerla ver y explicarle que un sacrificio conjunto temporal puede tener como consecuencia una mejoría de sus derechos.

    Supongo que el «No nos representan» no es un sentimiento únicamente contra el PP. En parte esta apatía ciudadana se debe a que están cansados de que todos sean unos ladrones; banqueros, sindicalistas, políticos de cualquier partido… etc.

    • Me alegro que pongas un comentario tan elaborado, bajo mi punto de vista el neoliberalismo tiene más que ver en la falta de conciencia obrera y de individualización de las relaciones laborales de lo que piensas y te pongo un ejemplo claro, el brazo armado del neoliberalismo en Europa empezó con Margaret Thatcher e inicio una guerra contra los mineros, en mi opinión el sindicato más fuerte y con más tradición de lucha que ninguno, los cuales fueron capaces de estar 1 año entero de huelga.

      Entonces ahí reside la clave de todo, si eres capaz de destruir a un grupo social tan fuerte el resto será mucho más fácil. Los sindicatos y movimientos de lucha obrera chocan totalmente con las imposiciones del neoliberalismo por eso deben ser desmontados y por eso fue un objetivo ganar la guerra a los mineros y de ahí al resto del mundo ya que el neoliberalismo es la ideología imperante.

      Por supuesto tienes razón en todo lo que has dicho pero no es más que la consecuencia de implantar esta corriente económica y de pensamiento. Es decir, lo que has dicho es justamente el paso después de implantar el neoliberalismo.

  2. Sí, sí, estoy de acuerdo completamente. La victoria ideológica del neoliberalismo (increíble que un pensamiento tan loco y contrario a su tiempo como el de Hayek se haya impuesto así) ha provocado lo que tu comentas, un debilitamiento a propósito de cualquier mecanismo de poder obrero. La última reforma de Rajoy sin ir más lejos, elimina muchísimos derechos de negociación colectiva de los sindicatos dejando todo el poder de decisión a los empresarios o gobierno.

    Es decir, si gana Thatcher las elecciones y es elegida durante 3 legislaturas, es porque el pensamiento neoliberal ya se había impuesto en la sociedad (por razones que aquí se harían larguísimas de contar). Una vez ella en el poder, lleva a la práctica esos pensamientos y provoca el debilitamiento del poder obrero y sobre todo la destrucción de cualquier empresa pública y priorizando todo lo privado y demás. Y así en Alemania y en el resto de los países de Europa, que dejando de tener a la URSS como país-competencia para comparar los diferentes sistemas sociales y servicios públicos gratuitos (donde ganaba con mucho el socialista) que en parte había sido el motivo del desarrollo del Estado de Bienestar en Europa Occidental, ya no hay por qué seguir dando tantas concesiones a los obreros. «El fin de la historia» que llamaba Fukuyama (una vez la URSS cae el neoliberalismo no encuentra rival ideológico en Occidente)

    En resumen, el neoliberalismo ya se ha impuesto. Pero no hay que quedarse ahí. Bajo regímenes capitalistas también han habido grandes movimientos de oposición, el más importante Mayo del 68. Lo que hay que preguntarse es ¿por qué en Francia (o en otros países) hay más conciencia obrera y unidad que en España? Ahí es donde iba mi comentario. Tu profesora del ejemplo no va a la huelga por los motivos que dije arriba, que están directamente relacionados con el hecho de vivir bajo un pensamiento neoliberal, pero esto no acaba aquí. Tu profesora no va a la huelga porque lea a Adam Smith o a Hayek y esté de acuerdo con ellos, de hecho no lo está y casi toda la población quiere educación y sanidad de calidad gratuita aún a costa de pagar más impuestos, el hecho de que no se manifieste es porque los ejemplos que ha visto de supuestos defensores de la causa obrera se han llenado el bolsillo con su dolor y sufrimiento. Es en ese momento, cuando se supone que quienes te defendían te han engañado a la cara, el trabajador pierde la fe en el sistema y se vuelve un apático, y con ello, solo mira por sus propios intereses y los de su familia y a correr.

    Creo yo…

    Te recomiendo un libro cojonudo de un máster de filosofía política de la UNED que habla de todo esto y muchísimo más. El Estado social: Antecedentes, origen, desarrollo y declive, de Ignacio Sotelo, un crack.

  3. Me ha gustado mucho la entrada pero creo que en tu ejemplo pone en evidencia la propia esencia de la democracia representativa. Cuando indicas que no es del todo justo que todos se beneficien del cambio que han propiciado solo unos pocos, das a entender que todos los grandes cambios sociales se han producido por movimientos de masa, cosa que la historia demuestra que no es cierto. La democracia representativa se basa precisamente en la solidaridad, en el sentido en el que del esfuerzo desinteresado de unos se benefician otros que se quedaron en su casa. Grandes logros, como el voto femenino, la reducción jornadas a 8 horas o el derecho de huelga no fueron todos movimientos de base precisamente. Siempre hay un grupo de personas adelantadas a su tiempo que son capaces de ver más allá y esos son los que provocan los grandes cambios, los otros solo los siguen. En la arena política eso se traduce en estadistas del tipo Churchill, Roosevelt, Mandela o Alcalá Zamora en España por dar algunos ejemplos, algo que lamentablemente no abunda en la política actual.

    Por otro lado, el simple hecho de ir a la huelga no implica nada, como dices en la entrada existe una falta alarmante de cultura política entre los dirigentes y siendo conscientes de eso el pueblo debería tomar mucha más «conciencia» de lo que hacen y de sus implicaciones en el sentido del partido al que votan, la empresa en la que trabajan, conocer todo esto daría mucha más libertad y crearía un verdadero espacio de debate.Es muy fácil quejarse de todo cuando la mayoría de la gente va a votar sin ni siquiera leerse el programa o firman por una empresa sin saber cuales son sus valores y su cultura corporativa. Desde luego, lo que tengo claro que no por lanzarse a la calle más y gritar más alto vamos a conseguir nada, eso es «infantilizar»la democracia pretender que lo que no se consiga en el parlamento se va a conseguir en la calle. Un saludo!

  4. Por lo menos, una de las pocas cosas buenas de la crisis en España es que ha traído de vuelta a la calle los debates políticos. Ahora se habla de auténtico socialismo y del capitalismo financiero abiertamente, algo impensable hace menos de una década donde PP (liberal) y PSOE (socialdemocracia) prácticamente hacían la misma política económica y por lo tanto imposibilitaban un debate de ideas contrarias.

    También era impensable (pero literalmente eh) que gente como Juan Carlos Monedero, Vestrynge o Pablo Iglesias (que son el ala intelectual más agresiva del izquierdismo realista hoy en día) estén en los medios de comunicación todos los días, desde La Sexta hasta Intereconomía. Se ve que poco a poco va cambiando eso y creo que la Monga es un ejemplo de ello.

    Se podría decir que la política se ha puesto «de moda». Como todas las modas, la gente habla de ella y lo bueno de dejar sin argumentos a personas que habla sin saber, es que se les pica, y se les incentiva que profundicen en ella (a mi me pasó con profesores del CEU y eso me hizo informarme mejor para rebatirles con seriedad). Es como ir a un bar de fútbol y decir que pensabas que Guardiola seguía siendo entrenador del Barça. Se van a reir de tí y tu opinión sobre ese tema se la pasarán por el forro, lo cual te joderá y hará que estés más atento al tema, creo yo.

    Siempre he pensado que la idea de un Estado Social (que no socialista, ese sería otro tema) es moral y humanamente mucho más positiva que la del liberalismo clásico donde el pobre está extremadamente desprotegido a su suerte. Así que supongo que solo hay que esperar a que la gente escuche y explicárselo con calma y objetividad. Como Anguita vamos, pero como ya han dicho por aquí, los tiempos actuales no son muy dados a ese tipo de políticos.

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